¿Alcanza con el bloque de sal? Nutrición mineral en caballos de competencia

Por Dr. Claudio Reynoso

Introducción

En la nutrición del caballo deportivo existe una creencia extendida: “siempre debe tener un bloque de sal disponible”.
Si bien esto es correcto desde el punto de vista del aporte de sodio, suele generar una falsa sensación de que el animal está cubriendo también sus requerimientos de minerales traza (cobre, zinc, manganeso, entre otros).

En caballos de alto rendimiento —turf, trote, equitación y criollos de competencia— esta interpretación puede llevar a deficiencias subclínicas que afectan:

  • Rendimiento aeróbico.

  • Recuperación muscular.

  • Integridad de tendones y cascos.

  • Estado del sistema immune.

  • Calidad de piel y pelo.

El siguiente análisis aclara exactamente qué pueden y qué no pueden aportar los bloques de sal, y cuál es la estrategia más eficaz para cubrir los requerimientos minerales en animales en entrenamiento.

1. ¿Qué contienen realmente los bloques de sal?

Existen bloques blancos, rojos, rosados, marinos, con “minerales”, con “traza”, saborizados, etc. Aunque sus nombres sugieran composiciones muy distintas, más del 92 % está compuesto de cloruro de sodio (NaCl).

Los micronutrientes agregados (cuando los hay) suelen estar presentes en cantidades demasiado bajas para tener impacto significativo en la dieta.

Frase destacada

Un bloque de sal es, ante todo, una fuente de sodio. No es un suplemento mineral.

2. Por qué NO cubren los requerimientos de cobre, zinc y manganeso

Aunque algunos bloques incluyan trazas de minerales, la ingesta real depende de cuánto lamido logre el caballo cada día.

Ejemplo práctico

Un caballo de 500 kg requiere aproximadamente:

  • Sodio (Na): 10 g/día (mantenimiento).

  • Zinc (Zn): 400–500 mg/día (según NRC y actividad).

  • Cobre (Cu): 100–125 mg/día.

  • Manganeso (Mn): 400–450 mg/día.

Si consume 30 g de sal común, aportaría:

  • Sodio: ✔️ cubierto.

  • Zinc: ≈100 mgDéficit importante.

  • Cobre: ≈8–10 mgDeficiencia marcada.

Además, muchos caballos no consumen diariamente los 30 g de sal desde un bloque, incluso teniendo deseo de sodio. Esto reduce aún más la ingesta real.

Consecuencia práctica

El perfil mineral global de la dieta queda deficiente o desequilibrado, especialmente en dietas basadas mayormente en heno o pasturas conservadas.

3. Impacto de estas deficiencias en caballos de competencia

La literatura reciente en nutrición equina indica que déficits crónicos de cobre, zinc y manganeso afectan:

  • Síntesis de colágeno → mayor riesgo de lesiones tendinosas y ligamentarias.

  • Integridad de cascos → cascos quebradizos, líneas blancas débiles.

  • Respuesta inmune → infecciones recurrentes, mala cicatrización.

  • Antioxidantes endógenos (superóxido dismutasa) → peor recuperación muscular.

  • Metabolismo energético y de glóbulos rojos.

En caballos en entrenamiento, incluso pequeñas deficiencias pueden reflejarse en:

  • Tiempos de recuperación más lentos.

  • Menor tolerancia al trabajo aeróbico.

  • Pérdida de brillo del pelaje.

  • Alteraciones conductuales vinculadas a estrés fisiológico.

4. Estrategia recomendada: sal suelta + suplemento equilibrador

La forma más eficaz de asegurar que el caballo reciba lo que necesita es controlar la ingesta, no depender del lamido voluntario.

Mi recomendación de manejo

  • Sal suelta: 1 cucharada sopera (aprox. 15 g) dos veces al día por cada 500 kg de peso.

  • Acceso libre al bloque de sal como complemento.

  • Suplemento equilibrador de raciones (“ration balancer”) que aporte:

  • Cobre

  • Zinc

  • Manganeso

  • Selenio orgánico

  • Vitaminas del Complejo B

Esto permite cubrir:

  • Requerimiento de sodio ✔️

  • Microminerales en dosis fisiológicamente relevantes ✔️

  • Variabilidad diaria de la dieta ✔️

5. Recomendaciones prácticas para entrenadores y propietarios

✓ Revisar la etiqueta del equilibrador: buscar 150–200 mg de Zn por ración y 50–60 mg de Cu como mínimo.
✓ Evitar bloques “saborizados” o “dulces”: aumentan consumo sin aportar minerales significativos.
✓ Evaluar cascos y pelaje cada 60 días como indicadores de balance mineral.
✓ En caballos sudadores o trabajos aeróbicos intensos → aumentar 25–30 % el sodio diario.
✓ En zonas con agua dura o alta en hierro → priorizar suplementos con mayor proporción de zinc y cobre.

6. Conclusión

Los bloques de sal cumplen una función importante: aporte de sodio y cloruro.
Pero no deben considerarse una fuente fiable de cobre, zinc, manganeso ni otros microminerales esenciales.

En caballos deportivos, donde la demanda fisiológica aumenta significativamente, la estrategia más segura y profesional es:

  • administrar sal medida en la ración,

  • ofrecer un bloque a libre acceso,

  • complementar con un equilibrador mineral diseñado para dietas basadas en forraje.

Esto no solo evita deficiencias, sino que optimiza el rendimiento, la recuperación y la salud integral del caballo.

Fuentes y bibliografía recomendada
NRC (2007). Nutrient Requirements of Horses.
Pagan JD. Kentucky Equine Research (2019–2024).
Harris P. et al. Equine Veterinary Journal (2020–2023).
Coverdale JA et al. Journal of Equine Veterinary Science.
Lewis LD. Equine Clinical Nutrition.
Ott EA & Asquith RL. Vet Clin Equine Pract.
Thunes C., PhD. Clarity Equine Nutrition.