
ENTRENANDO CON "RECREOS"
Por Dr. Claudio Reynoso
En el mundo de la alta competencia, veterinarios, entrenadores y propietarios estamos en constante búsqueda de métodos, fórmulas y sistemas de entrenamiento que optimicen el rendimiento atlético del caballo. Sin embargo, en medio de tantos avances técnicos, muchas veces olvidamos lo más esencial: la naturaleza del propio animal.
El caballo, un atleta con alma de manada
Cualquiera sea su raza o disciplina (turf, trote, criollos o equitación), el caballo sigue siendo, por encima de todo, un animal de manada. Su genética le pide movimiento, interacción social, juego, pastoreo y, sobre todo, libertad.
En estado natural, los caballos se desplazan kilómetros por día mientras pastan, corren o interactúan con sus congéneres. En contraste, la vida en box, aunque necesaria para ciertas etapas del entrenamiento o la recuperación, puede resultar antinatural y contraproducente si se sostiene como única forma de manejo.
Ya no se discute en el ámbito del deporte ecuestre si brindar tiempo de libertad es bueno o malo: la recreación activa es parte fundamental del entrenamiento moderno.
¿Qué son los “recreos” y por qué integrarlos?
Junto a otros profesionales, venimos trabajando para romper con la idea del estabulamiento total como única forma de “cuida”. Implementar recreos controlados en piquetes o corrales es una herramienta clave para mejorar el bienestar y rendimiento del caballo deportivo.
En nuestro sistema, los caballos disfrutan de 2 horas diarias de recreo, con acceso libre a pasto natural y agua. Este simple cambio ha demostrado resultados visibles:
Mejora del ánimo general y reducción del estrés.
Disminución de comportamientos estereotipados (tic nervioso, aerofagia, coprofagia).
Favorece la recuperación muscular y mental.
Estimula la digestión y reduce cólicos por sedentarismo.
Incremento en la sociabilidad, confianza y disposición al trabajo.
Prevención de lesiones por sobreentrenamiento o rigidez.
Entrenamiento + libertad: el verdadero equilibrio
Hablar de “entrenamiento natural” no significa improvisación ni romanticismo. Significa integrar los principios del manejo natural con la ciencia veterinaria y el deporte de alto rendimiento, buscando el equilibrio entre exigencia, descanso y bienestar.
El caballo que se siente bien, rinde mejor. Esto no es una intuición: lo avalan la fisiología, el comportamiento equino y nuestra experiencia diaria en pista.
¿Cómo comenzar?
Comenzá con períodos breves (30-60 minutos) y observá el comportamiento.
Elegí piquetes seguros, con buen cercado, sombra y agua disponible.
Permití el acceso a pasto natural o heno de buena calidad.
Evitá liberar caballos recién entrenados o excitados sin supervisión.
Siempre es mejor en horarios frescos y con rutinas consistentes.
Conclusión
Volver a mirar al caballo como un ser vivo integral —y no solo como un atleta— es la clave para construir una nueva forma de entrenar. Los recreos no son una moda: son una necesidad fisiológica y emocional.
Y en definitiva, el caballo más feliz... también es el que corre mejor.


